El nuevo
Paso Procesional de
Nuestra
Señora de la Soledad de San Jerónimo.
·
“El triunfo del Renacimiento”
·
“El Clasicismo Culto” en las artes cofrades.
·
“El paso monástico” como Altar Itinerante.
I.- Introducción.
Un Monasterio para un paso.
II.- Antecedentes
estilísticos.
El único paso clasicista de Granada.
III.- Exégesis del
complejo Monástico de San Jerónimo.
El más
complejo y culto edificio de la ciudad como fuente de inspiración.
IV.- Descripción del
paso procesional de Nuestra Señora de la Soledad.
Renacimiento
romano y recuperación de los modelos granadinos.
La
Iluminación.
La
peana.
La
canastilla.
El
respiradero.
Los
faldones.
V.- Desarrollo iconográfico del Paso.
468 años de Historia de la Hermandad en
unas andas procesionales.
La
Coronación de la Virgen y el Ceremonial borgoñés.
Ciclo
de los Dogmas Marianos.
Ciclo
de los Arcángeles y Virtudes Teologales.
Ciclo
del Crucero o de los Duques.
Ciclo de
los lemas y divisas.
Ciclo
de Heráldica y hagiografía de la Historia de la Hermandad.
Ciclo
de la Heráldica de la Cofradía y sus Sedes Canónicas.
VI.- Aportaciones de las Andas Procesionales para el
lenguaje artístico de la Semana Santa de Granada.
Un paso singular,
renovador, único y a la vez de profundo respeto histórico.
VII.- • Hitos en el
diseño del Paso Procesional de Nuestra Señora de la Soledad.
Lo que el nuevo Paso Procesional aporta a Granada y al
Mundo Cofrade.
·
Introducción.
Un Monasterio
para un paso.
Afrontar un diseño de
andas procesionales para la Imagen de la Santísima Virgen de la Soledad
requirió desde el momento de inicio de la concepción del mismo un suculento
esfuerzo de documentación histórica y un compromiso formal con la propia
semblanza y anales de la Hermandad.
El reto desde el
primer instante fue configurar unas
andas que fueran rupturistas con los modelos procesionales granadinos,
capaces de impulsar un concepto original y alejado de los proyectos adocenados
que suelen ser el común denominador en estos tipos patrimoniales y rendir un
necesario homenaje al patrimonio histórico de la ciudad.
Si bien la fuente de
inspiración no fue otra que la tipología arquitectónica y decorativa de la Sede
Canónica de la Hermandad, la divisa de este
diseño ha de ser entendida como algo más allá de una inspiración, y no se
trata de ejecutar un paso procesional basado en el Monasterio de San Jerónimo,
sino hacer del Monasterio de San Jerónimo, un inmenso Altar itinerante donde
exponer a la devoción pública a la Santísima Virgen.
·
Antecedentes estilísticos.
El único
paso clasicista de Granada.
La referencia
arquitectónica del Monasterio nos sitúa en un compromiso estético, ya que por primera vez se apuesta por una
referencia histórica inédita en el patrimonio cofrade granadino: el periodo
constructivo y decorativo que supondrá la consagración en España de la
corriente romanista dentro de la arquitectura y artes suntuarias del
Renacimiento.
Si bien es cierto que
en un primer momento el ineludible peso de la tradición gremial y la
experiencia de diseños claramente aquilatados, o sea, de demostrada eficacia,
producirán maridaje entre el gótico, el Renacimiento granadino respondió a la
clarividencia y magisterio de los destacadísimos autores recién llegados desde
Italia, puestos al servicio del clasicismo
capaz de otorgarle a este periodo artístico un carácter aristocrático,
basado en altas cualidades religiosas, morales y políticas. Este periodo que ha
sido referente en el diseño de las andas, ofrece singulares virtualidades llamadas
a la constitución de discursos cultos y regios que mediante todo un corpus de
recursos alegóricos y simbólicos, configurarán un urbanismo y una construcción
edilicia plena de prestigio moral y simbólico.
Aquí reside la
necesidad de inspiración en el Monasterio de San Jerónimo y especialmente en el
patrimonio litúrgico de su Iglesia; no ya sólo por ser la Sede Canónica de la
Hermandad y el espacio cultual donde se venera a la Imagen de la Santísima
Virgen, sino por su indiscutible capacidad de subyugación, tanto en la
perspectiva de la historia del arte como por los valores que esconde. Todo ello
a juicio de la Historia del Arte, convierte al granadino espacio de San
Jerónimo, en uno de los más interesante, secretos y legendarios espacios de
culto católico en Europa. Así, era la plataforma ideal para que pudiera nacer
el paso procesional de Nuestra Señora de la Soledad.
·
Exégesis del complejo Monástico de San
Jerónimo.
El más
complejo y culto edificio de la ciudad como fuente de inspiración.
La obra que nos sirve
de fuente y modelo ha de interpretarse como el resultado de las operaciones
culturales más intensas vividas en Granada y que tienen hitos para la época sin
fisuras. Detenidos ante diversos y concretos espacios, el Monasterio nos arroja
una sucesión de fuentes creativas entre las que se han utilizado las que
siguen:
Los
relieves de los casetones de las bóvedas del crucero,
inspirados directamente en las obras clásicas de Dante, “Los triunfos” de
Petrarca o Bocaccio, siguen dejándonos sin aliento. ¿Quién imagina por un
momento que toda la cultura clásica, y por tanto pagana, iba a tener cabida
dentro de una Iglesia? Y es ahora cuando el lector tiene que hacer el esfuerzo
de trasladarse a la Granada que va de 1520 a 1550, para en medio de un tiempo
como aquel, quedar absorto con el siguiente dato: la influencia impresionante
que el ciclo decorativo de estas bóvedas recibe directamente del Speculum Humanae Salvationis, nada más y
nada menos que la primera obra
pre-feminista de la Historia, un intento de equiparar las virtudes y
proezas de la mujer y del hombre, o lo que es lo mismo, lo que nuestros ojos
contemplan a mirar a las bóvedas jerónimas.
Los sátiros y
monstruos de las veneras constituyen un esquema mitológico pagano que sigue
resultando difícil de entender en el interior de un templo. Más que una
Iglesia, parece que estuviéramos en un palacio destinado a ensalzar al dueño
del mismo, a una página de historia como la Cuadra Dorada de la Casa de los
Tiros. Incluso cuando Siloe se encarga de la realización de los relieves de los
santos protectores, no se olvida de incluir sirenas, grifos y toda suerte de
animales fantásticos que parecen las ilustraciones a la “Metamorfosis” de Ovidio más que una cubierta de un espacio sagrado.
Pero lo cierto es que
la decoración de San Jerónimo tuvo que ser tan revolucionaria para su época
como es de imaginar. Algo tan desconocido como igualar en valores y
exaltaciones a hombre y mujer sólo era posible en una Granada que en el siglo
XI tuvo a una mujer en el Gobierno regio, desde el siglo XIV admitía mujeres en
su Universidad y que se había consagrado por entero a la que no admitía
discusión, la gran reina Isabel. Pues bien, ya tenemos puestos los ingredientes
para entender qué ocurrirá al punto que en cuando el Arzobispo de Granada,
entonces Antonio de Rojas Manrique, conoce el contenido del programa
iconográfico, presenta todo tipo de contrariedades a la duquesa viuda doña
María, con la que por cierto comparte apellido.
No olvidemos la
ejecución del Retablo Mayor, que entre
1570 y 1605 va a constituir el acta de fundación de la escultura barroca
española, más aún, de la imaginería
con unción sagrada y no meramente decorativa. Acababa de nacer la gran
aportación hispana al arte devocional con este colosal proyecto naturalista.
Todo parece indicar que al fin, tras 30 años de “paganismo bendecido”, San Jerónimo vuelve a expresar su condición
de espacio sacro. Pero entonces llega el último encargo, el impresionante programa
iconográfico de las pinturas murales, que entre 1723 y 1725 se va a llevar a
cabo con tres motivos: en la cabecera mayor, la exaltación del Duque, la Vida
del Gran Capitán. En el Coro Alto, la exaltación y triunfo de la fe y la
Eucaristía y en los pilares, en la zona más visible, en la que los fieles
primero van a ver, los siete arcángeles y el Ángel de la Guarda.
Estamos ante uno de
los ciclos iconográficos más complejos y exuberantes de la Iglesia en España y
por supuesto, bajo la cimentación del Humanismo, lo que nos da autoridad
sobrada para que, en base al inmenso poder de influencia del Monasterio, este paso
procesional diseñado según el respeto e inspiración de la Sede Canónica de la
Hermandad pueda ser considerado como “El
triunfo del Renacimiento”. Pero dentro de este estilo artístico, todo el
conjunto proyectado responde a un tipo nunca antes empleado en las disciplinas
cofrades que bautizamos como “el
Clasicismo Culto”.
·
Descripción del paso procesional de Nuestra
Señora de la Soledad.
Renacimiento
romano y recuperación de los modelos granadinos.
Compuesto por
respiradero, canasto y peana, la idea primordial sobre la que se basa todo el
conjunto es la de dotar de la mayor
visibilidad posible a la Santísima Virgen, conseguir una mayor dimensión de
sus espacios y subrayar una personalidad
estética, estilística y decorativa, inédita en Granada. Todo el lenguaje
empleado responde al Renacimiento
Clásico, proviene de los modelos patentados por Diego de Siloe a lo largo de
su responsabilidad al frente del Monasterio de San Jerónimo e Iglesia de la
Inmaculada Concepción jerónima y pretende resumir
los 468 años de historia de la Hermandad mediante un determinado programa
iconográfico y una iconología que una vez más, es original y nueva en los pasos
procesionales.
La
iluminación.
Candelabro que
combina farol y guardabrisas, distribuyendo cada uno de ellos hasta un total de
9 puntos de luz (5 faroles y cuatro guardabrisas), toma como referencia los
grandes candelabros áulicos del renacimiento que se inspiraron en los de Santa
Constanza de Roma. Hay dos guiños históricos en el diseño, puesto que de un
lado se presenta una rotunda similitud con el
llamado farol del Gran Capitán, que decora y está presente en los claustros
del Monasterio y que fuera recurso constante en las andas procesionaloes
granadinas del Siglo XX y por otro lado, su decoración se basa en torno al
juego vegetal que más se empleó para los
cartuchos que debían difundir la imagen del Emperador Carlos, por lo que
casamos históricamente este elemento con el periodo en el que se basa todo el
conjunto. [Nos referimos a los grabados de Daniel
Hopfer que estuvieron circulando por Europa hasta 1550, cuando ya estaba
fundada la Hermandad].
El pie de arranque de
la pieza son cuatro cartuchos sobre los que descansa la decoración
renacentista. Dos sirenas coronadas sirven de arranque a la pieza central desde
la que parten los brazos de sostén de los puntos de luz. Estos brazos se
conforman mediante un frondoso follaje
en base al flogiani italiano, usado con precisión de miniatura; su virtud
es la de articular los espacios secundario y acentuar las fracturas angulares
de los brazos de los guardabrisas y faroles. Los divertículos del follaje han
sido enriquecidos por estructuras de mobiliario rematados en pináculos ofreciendo mayor presencia
arquitectónica, con lo que se busca siempre estrechar la relación con el
Monasterio. De estos parten los 5 faroles y cuatro guardabrisas, enormemente
singulares ya que han sido pensados para ofrecer la mayor protección posible al
cirio, engalanándose de las guirnaldas
siloescas de las portadas claustrales y rematadas las guardabrisas en pináculos manieristas, solución propia del
Renacimiento en Granada como vemos en el ático de la Iglesia jerónima.
La
peana.
Cojín inspirado en el
ceremonial regio de la Corte Hispana durante el reinado de la Casa de Austria,
la pieza es todo un recordatorio histórico. La fecha de 1548, que acaba de ser
apuntada como de fundación de la Hermandad, coincide de manera proverbial con
la introducción ese mismo año de la etiqueta borgoñona en la corte española, al
punto que la forma de vida, la apariencia
y la conducta de la Monarquía
desde ese momento y hasta la entrada de la Dinastía Borbón, conducen a una
nueva forma de ver al Rey y el modo de rendirle pleitesía a los Soberanos. Será
en tiempos de Felipe II cuando nazca la primera dolorosa de vestir que gracia a
la Camarera de la Reina, adopta el protocolo cortesano tanto el atavío que
desde entonces usarán las Imágenes de María como en su exposición pública a
culto, copiando la ceremonia del besamanos regio.
Este ceremonial
empieza a ser llamado la “etiqueta al uso de Borgoña”, responsable de la
riqueza y majestuosidad que alcanzaron los Corte de España, de enorme
influencia en los montajes efímeros de las Cofradías desde ese momento y hasta
nuestros días y regido por un Camarero o Camarera Mayor, figura presente en la
Semana Santa granadina y que especialmente fue pionera esta Hermandad. De tal
modo, hacemos un guiño histórico muy especial. El cojín, se inspira en los
lienzos del quinientos que conoció Alonso Cano y que se encargó de traer a
Granada. Es así como nace la devoción a la Soledad en nuestra ciudad, razón de
más para rescatar el cojín regio como sostén o peana de la Virgen de la Soledad
de San Jerónimo. Cuatro borlones acostados en las esquinas recuerdan ese
ceremonial regio y especialmente, la borla del capelo de San Jerónimo. La
superficie se llena y decora con la Cruz de San Andrés, el emblema de España y
su Corona durante este periodo, también llamado Cruz de Borgoña.
Al fin, el reborde de
la peana es un híbrido de planta y follaje que se traduce como inspirado en la
pintura manierista del Monasterio, cargado en las esquinas con dos ángeles
tenantes y un trío celestial en el espacio central, de dos corpóreos y uno
asomando sólo la cabeza, que rodean una tarja o cartela en donde figura el tema
de la Coronación de la Virgen. Esta incorporación iconográfica recuerda la
donación del pueblo de Granada a la Imagen de la Soledad, de su actual corona
procesional.
La
Canastilla.
Su configuración
responde a la parte más original del proyecto, pensada en torno a la
reproducción del alzado de la cabecera del Templo, con la idea de otorga
volumen y fuerza al conjunto, destacar la Imagen de la Santísima Virgen y
entroncar la pieza con un severo respeto al alzado monasterial. Es la primera
vez que se usa todo un alzado arquitectónico para un paso granadino. La planta
que sirve de canastilla al paso se ha dibujado mediante el empleo de los
contrafuertes de la cabecera del Templo, dejando paso a una figura hexagonal.
Los dos contrafuertes por esquina articulan una planta bastante compleja, por
cierto, que a fin de cuentas es una verdadera solución renacentista muy
aplaudida en la Historia del Arte y signo identificativo de la Sede Canónica de
la Hermandad.
La planta traza dos
cuerpos; el superior está fuertemente dimensionado por los rotundos cimacios
que a manera de contrafuertes de la Cabecera, organiza espacialmente el
conjunto. La fuerte molduración de las piezas carga además con una decoración
basada en cartuchos inspirados en los cuarterones de las puertas claustrales
del Monasterio, de diseño siloesco. Todo ello constituye un verdadero armazón
arquitectónico soportado por hojas de bordes enrollados, volutas con función
estructural y decorativa que descansan sobre un segundo cuerpo. Ante de pasar a
este, el paso ofrece un gran juego de volúmenes, mediante oquedades espaciales
que le confieren un inusual movimiento a la canastilla sin perder por ello el
ritmo renacentista.
Estos volúmenes
cargan con el trabajo iconográfico, contenido en 4 espacios, uno por cada cara,
sólo que el de la trasera quedaría oculto por la caída del manto procesional.
Así, en los correspondientes al frontal y los costeros, bajo el diseño
decorativo de Siloe, se inscribe una tarja con relieves antropomórficos donde
se incluirá el Ciclo de los Apóstoles y Virtudes, basado en el programa
iconográfico de la Iglesia. Bajo estas se colocará el Ciclo de los lemas y
divisas (consultar el desarrollo del programa iconográfico). Al fin, la venera
renacentista ocupa el resto de cuarterones de este espacio.
En el lugar de los
espacios entre contrafuertes, lucen cuatro tondos de rotundidad volumétrica
orlados mediante follaje vegetal que lucen cuatro figuras de medio cuerpo de
Santos (consultar el desarrollo iconográfico), el conocido Ciclo de los Dogmas
Marianos.
El segundo cuerpo recibe
una decoración asumida en la misma forma estructural a base de grutesco
fantástico y armazón arquitectónico para el cartucho de follaje, que conforman
cuarterones y formas geométricas en torno a los cueros, que recuerdan a los que
eclosionaron en el mobiliario del Apartamento de Felipe II del El Escorial obra
de Bartholomä Weishaupt que hacia 1557 las tiene concluidas, pero que con
anterioridad ya las ha trabajado en recursos decorativos, Diego de Siloe en
este Monasterio, de suerte que una vez más, casamos el periodo histórico de la
fundación de la Hermandad con el lenguaje artístico en boga y todo ello, dentro
de su paso procesional.
Un último detalle
decora el paso, pues en las caras externas del arranque del contrafuerte se
sitúan cartuchos para la contención de relieves hagiográficos donde proponemos
el Ciclo del Crucero o de los Duques. Además, las molduras y entablamentos
están directamente extraídas del solario monástico, por lo que al fin, no hay
ningún espacio del conjunto jerónimo no empleado en el diseño.
El
respiradero.
Si la canastilla venía a suponer la plasmación del
Renacimiento arquitectónico, es en los respiraderos donde se concita el mejor
repertorio de soluciones decorativas clasicistas. Por influjo de la portada de
los Sánchez Dávila, pieza proveniente del Convento de los Mártires, pero
ubicada en 1835 en el Claustro del Monasterio se configura el panel de grutesco
del respiradero, acompañado de guirnalda de follajes entrelazadas. En el centro
de cada paño (cuatro en total), una fiel reproducción de los héroes míticos
tenantes de la cabecera del Templo, que sostienen en parejas el Ciclo de la
Heráldica de la Cofradía y sus Sedes Canónicas (Consultar el desarrollo
iconográfico del paso).
Nótese al respecto
del uso de la decoración de la portada de los Sánchez Dávila, que esta pieza,
al provenir de un antiguo emplazamiento carmelitano, de alguna manera vuelve a relacionar
el conjunto, de nuevo con la Orden del Monte Carmelo en la que nació la
Hermandad.
En cada uno de los
paños de cada uno de los lados del respiradero concentra la más original y fiel
reproducción del clasicismo, otorgando una ruptura de volúmenes y un
enriquecimiento al conjunto. Se trata de la ubicación de una serliana en la
esquina (8 en total) que semeja el Retablo del Crucero de la Iglesia, destinado
al discurso mayestático de la tumba ducal para el que se destinó la Iglesia
Jerónima. Es aquí donde se desarrolla (fiel al modelo donde se toma) el Ciclo
de Heráldica y hagiografía de la Historia de la Hermandad.
Cada serliana se
sostiene por un acanto donde destaca la cabeza de un león. En este espacio se
ha sustituido la tradicional manigueta para retrotraer al espectador al pasado
procesional de esta Cofradía e incluido el león, elemento iconográfico de San
Jerónimo y emblema heráldico de la Orden y por tanto de este Monasterio. De sus
fauces, nace un borlón, que una vez más es alegoría de San Jerónimo,
entendiendo que es la borla del capelo del Santo. Al fin, de cada serliana nace
una voluta en esquina sobre el modelo de los perfiles de las pilastras de la
portada principal rompiendo el ritmo vertical de la pieza y dándole un
comportamiento más dinámico.
El
faldón.
En este elemento hay
dos motivos y recursos sin discusión que eran necesarios; por un lado las dos
bandas verticales son fruto del diseño
de Siloe en las jambas de la portada de la capilla de la torre, cubiertas de
grutesco, y en concreto en este espacio, uno de los más preclaros modelos. Pero
además, el faldón aparece orlado por la cenefa del manto procesional de la
Santísima Virgen, resuelto por los recursos vegetales del mismo y salpicado de
estrellas, además de la compañía del clasicismo que en esta ocasión viene de la
mano del candelieri.
·
Desarrollo iconográfico del Paso.
468 años de Historia de la Hermandad en
unas andas procesionales.
La
Coronación de la Virgen y el Ceremonial borgoñés.
La novedosa
incorporación de la peana retrotrae a las propuestas regias de la Corte
Española y a las primeras dolorosas de vestir. Esta peana-cojín regio luce en
su frontal el asunto de la Coronación de la Virgen. En 1881, ha comenzado la
cuestación popular, enormemente generosa, que lleva al estreno a los años de la
actual corona de plata de la Imagen, a cargo de la generosidad devocional de
los granadinos. Con la elección del tema iconográfico de la Coronación de la
Virgen, lo que pretendemos es recordar tan fabuloso hecho a la vez que se alude
a la presencia continuada de la Sagrada Imagen en las calles de Granada desde
el momento de su bendición. Esto la convierte en la Dolorosa que por más tiempo
y siempre de continúo ha estado venerada públicamente en la Semana Santa
granadina, entroncando con el concepto de la primera dolorosa de vestir que
nace en la corte hispana. El tema de la Coronación es sin duda, una referencia
histórica y necesaria.
Ciclo
de los Dogmas Marianos.
Los poderosos óvalos
de los interiores de los contrafuertes estructurales del canasto recogen los
relieves de los Papas bajo cuyo Pontificado se promulgaron los cuatro dogmas
marianos de la Iglesia Católica, y que quedan ubicados por orden cronológico, y
por tanto, de la siguiente manera:
En el frontal, hacia el costero
derecho, el Dogma de la Maternidad Divina (año 431), bajo el papado de San
Celestino I.
En el frontal, hacia el costero
izquierdo, el Dogma de la Virginidad Perpetua (año 553), bajo el Papado de
Vigilio.
En la trasera, hacia el costero
derecho, el Dogma de la Inmaculada Concepción (año 1854), bajo el Papado de Pío
IX.
En la trasera hacia el costero
izquierdo, el Dogma de la Asunción (año 1950), bajo el Papado de Pío XII.
Ciclo
de los Arcángeles y Virtudes Teologales.
La devoción de los
Siete Arcángeles, se inicia en 1516 con la aparición en la Iglesia San Ángel
Mártir de los Carmelitas de Palermo, de unos frescos con los siete arcángeles,
sus atributos y sus nombres. Siete años después el Emperador Carlos costea la fábrica
de una iglesia en honor de los Siete Arcángeles en Roma y años más tarde, Miguel Ángel presenta su proyecto de reforma
de las termas romanas de Diocleciano para convertirlas en la iglesia de Santa
María de los Ángeles. Pero el Concilio de Trento recordó que en el Concilio IV
de Letrán (año 475), se prohibió expresamente los nombres de los cuatro
arcángeles no citados en los Evangelios y se echó atrás el proyecto
miguelangelesco y se usaron en otros fines los fondos imperiales.
Así, tal y como
recomendaba Trento, descartamos el uso del resto de Arcán geles no citados en
la Biblia y por tanto no canónicos pero respetamos este ciclo pictórico de las
columnas de la nave central de la Iglesia Jerónima de suerte que componemos un
ciclo propio relacionando Arcángeles y Virtudes Teologales; si estos, mediante
su relación de protección y auxilio con los hombres han establecido una
estrecha memoria devocional, ejemplifican cada virtud a la que aspira el
creyente. Así, quedan organizados como sigue:
Miguel, ¿Quién como
Dios? Jefe de los Ejércitos… la fe (frontal)
Rafael, Dios Sana.
Protector de Peregrinos. La Esperanza (Derecho)
Gabriel, La fuerza y
el Poder de Dios. la Caridad. (Izquierdo)
Ciclo
del Crucero o de los Duques.
Los relieves en forma
de óvalos del canasto, a manera de los cuarterones del Claustro, proceden de
los casetones de la bóveda del crucero, que narran las virtudes heroicas y
cristianas del Gran Capitán y su esposa mediante un silogismo con los santos
guerreros de la historia. Se trata de una de las codificaciones alegóricas más
complejas basada en las obras de la literatura humanista, en lo que ha venido a
ser considerado el Speculum Salvationis y que además otorga por vez primera en
la historia del arte, una paridad entre la hagiografía masculina y femenina.
Aquí, quedarían
distribuidos en grupos de dos, en total seis grupos donde se configurara el
carácter simbólico de Siloe hacia los santos patrones, los Duques, por lo que
se mantiene el concepto de santo guerrero y de virtud cristiana presente en el
hombre y la mujer. A saber, serían: Jorge, Eustaquio, Sebastián, Martín,
Francisco y Pedro Mártir y por parte femenina, las santas Catalina, Bárbara,
Lucía, María Magdalena, [Paula] y Eustaquia, todos ellos de especial devoción
para los duques de Sessa, respetando la estricta separación entre mujeres en el
lado de la Epístola y varones en la del Evangelio, pero incidiendo
especialmente en el carácter inspirado de este paso sobre el Monasterio.
[Sustituimos a Paula,
que ya está incorporada en otro espacio más apropiado, por Santa Cecilia]
Ciclo
de los lemas y divisas.
Una vez más el férreo
peso de la historia de la edificación monástica de San Jerónimo cobra fuerza en
este aspecto laudatorio, pero sin olvidar la propia historia de la Hermandad,
pues al cabo, las seis inscripciones latinas recuerdan de un lado el paso por
la Iglesia del Carmen Calzado, lugar de fundación de esta Cofradía, y la
estrecha relación que desde 1835 viene manteniendo con la Comunidad Jerónima.
El frontal luce la
divisa o lema del Monasterio, repetido tanto en la portada de acceso a las
dependencias conventuales como en tantas otras partes del conjunto. Esta
leyenda encarna la estrecha relación con la Orden de San Jerónimo:
“Solo Deo honor et
gloria”. (Sólo a Dios honor y gloria).
Por contraposición,
en la trasera se recuerda el pasado carmelitano de la Hermandad y su lugar de
fundación, además de ser el espacio devocional que ocuparon las Imágenes
Titulares hasta 1835. Del Libro I de los Reyes, 19:14, se reproduce el lema de
la Orden del Carmen Calzado:
“Zelo zelatus sum pro
domino Deo exercitum”. (Me consume el celo por el Señor, Dios de los
Ejércitos).
Los dos lados del
hexágono de la planta de la canastilla que flanquean el frontal, llevan por
inscripción dos lemas de marcado compromiso histórico con este Monumento. El
que recaería sobre el costero derecho del paso, alude a que la Iglesia donde
reside la Hermandad, fue la primera del Mundo en consagrarse a la Inmaculada
Concepción de la Santísima Virgen. El del costero izquierdo, nos recuerda el
lema propio del escudo de armas de don Gonzalo Fernández de Córdova, que además
está presente en numerosos espacios del Monasterio, clara alusión a la devoción
mariana del Gran Capitán y definitoria para con la Imagen de Nuestra Señora de
la Soledad. Así quedarían inscritas las que siguen:
“Sine labe concepta”
(Sin pecado concebida).
“Ave María Gratia
Plena” (Dios te Salve María, llena eres de Gracia).
Por último, las otras
dos inscripciones que flanquean la trasera de la canastilla recuerdan el
carácter mariano del conjunto y repiten partes del rezo del Ave María, quedando
por este orden, las que siguen sobre el costero derecho y el izquierdo:
“Benedicta tu in
mulieribus” (Bendita Tú entre las mujeres).
“Sancta Dei Genitrix”
(Santa Madre de Dios). Una vez más el férreo peso de la historia de la
edificación monástica de San Jerónimo cobra fuerza en este aspecto laudatorio,
pero sin olvidar la propia historia de la Hermandad, pues al cabo, las seis
inscripciones latinas recuerdan de un lado el paso por la Iglesia del Carmen
Calzado, lugar de fundación de esta Cofradía, y la estrecha relación que desde
1835 viene manteniendo con la Comunidad Jerónima.
Ciclo
de la Heráldica y hagiografía de la Historia de la Hermandad.
En las 8 serlianas
repartidas en parejas de a dos por el respiradero se acoge el Ciclo que hace un
repaso por los 468 años de historia de la Cofradía, bien por las sedes
canónicas, el santoral devocional que tuvo presencia en la vida de la Hermandad
en un momento determinado y otros caracteres parecidos. Se ordenan así:
Frontal:
Las Sedes Canónicas de la Hermandad.
Escudo Carmen Calzado
flanqueado de San Elías y San Simón Stock
Escudo Orden Jerónima
flanqueado de San Jerónimo y Santa Paula.
Trasera: La referencia a los títulos
pontificio y real de la Hermandad y el Papa y Monarca que estaban en el momento
de la fundación de la misma.
Escudo del Papa Paulo
III flanqueado de San Pedro y San Juan Pablo II
Escudo de Felipe II
flanqueado por Fernando III El Santo y San Luis IX.
Costero derecho: Los Arzobispos
granadinos en la fundación y reorganización de la Hermandad (1548 y 1925).
Escudo Arzobispo
Pedro Guerrero flanqueado de San Cecilio y San Gregorio
Escudo Cardenal
Casanova y Marzol flanqueado de San Juan Dios y Santo Tomas Villanueva.
Escudo antiguo
Granada flanqueado por Santos Justo y Pastor haciéndolo coincidir con en el
Retablo Mayor de la Iglesia y los Titulares de la Parroquia a la que se
pertenece.
Escudo Policía Local
flanqueado por los Santos Ángeles Custodios.
Ciclo
de la Heráldica de la Cofradía y sus Sedes Canónicas
El frontal el escudo
de la Hermandad.
-En la trasera, el
escudo de los Mendoza, en relación con el ducado del infantado y por tanto con
Sor Cristina Mesa de Arteaga, salvadora absoluta de este Monasterio.
-En los costeros llevarán los escudos de los
arzobispos que ha tenido Granada de esta Orden y que han habitado este
Monasterio, Fray Hernando de Talavera y Pedro Ramírez de Alba (el derecho para
Talavera y el izquierdo para Alba).
·
Aportaciones de las Andas Procesionales para
el lenguaje artístico de la Semana Santa de Granada.
Un paso
singular, renovador, único y a la vez de profundo respeto histórico.
*La recuperación de la corriente
cofrade granadina de inspirarse en sus principales obras patrimoniales. Hasta
ahora, un proyecto tan colosal para la Historia del Arte como el Monasterio de
San Jerónimo, no había servido de fuente de inspiración para nuestras
Hermandades y Cofradías. Con ello, no sólo profundizamos en proyectos
triunfantes en su día, caso de las andas de Nuestra Señora de las Angustias
Coronada de Santa María de la Alhambra sino que rescatamos para la historia, la
trascendencia del Monasterio Jerónimo granadino.
*La perfecta visualización de la
Imagen desde todas y cualesquiera de las perspectivas a lo largo de su
recorrido procesional. Ningún elemento estético del paso oculta la gestualidad
de la Sagrada Imagen.
*Huida de lo ecléctico e impersonal
de otros proyectos, otorgando con este un sello de identidad y carácter propio,
que sirva para hacer reconocible la estampa procesional de la Santísima Virgen.
*Subrayar la estructura piramidal
que ha sido pensada como hemos dicho en otros puntos para la perfecta
visualización y contemplación de la Sagrada Imagen pero sin olvidar un intento
de potenciar una de las joyas patrimoniales de la Hermandad y de Granada, la
fuerza expresiva del manto decimonónico.
*La iluminación, pensada para subrayar la
personalidad y estética granadina, habida cuenta de una disposición claramente
usual en la Granada del Barroco, en forma de piña. Además el propósito era aumentar
gracias a esta distribución la intensidad de la luz, huir del adocenamiento de
los modelos lumínicos procesionales (candelabro de cola) y asegurar una
perfecta conservación del ajuar bordado, ahorrando las injerencias de la cera
sobre el manto.
*Las guardabrisas
de los candelabros, además, simulan farolitos para asemejarlo más al prototipo
arquitectónico sobre el que se inspira el conjunto, siendo fiel a modelos
coetáneos.
*La
heráldica, como resumen de la historia propia de la Hermandad y de la Orden con
la que mantiene desde hace casi doscientos años inequívocas señas de identidad.
*El uso
y empleo de materiales (así como su combinación) inéditos en las andas
procesionales granadinas. Es el caso de las aplicaciones de bronce a la madera
oscura y su revés, puesto que es la madera la que juega con las zonas
broncíneas.
*La
combinación cromática, negra y dorada, en clara referencia a la túnica de la
Hermandad y los colores identificativos de la misma.
*La
búsqueda de espacio escénico y el planteamiento de soluciones novedosas; esta
aportación la da la peana, que se embute en el canasto para poder elevarla
además de que los perfiles del respiradero serán rectos al objeto de ganar espacio
sobre las angostas medidas de la puerta de salida sin que eso vaya en menoscabo
de la dimensión final de la parihuela.
*La
iconografía e iconología empleada, novedosa y sugerente, que hace un repaso a
toda la historia de la Hermandad así como de la propia ciudad donde ha
desarrollado su labor evangélica y catequética la Cofradía y la Sagrada Imagen.
El empleo de la Speculum Humanae Salvationis, o de “Los triunfos de Petrarca,
imbuidos en una codificación religiosa, otorga una originalidad por el
contrario de los habituales proyectos iconográficos adocenados y reiterativos
de nuestros pasos procesionales.
*Ante
este punto, cabe destacar con vehemencia la pretensión de la recuperación del
modelo clásico procesional granadino. Sin menoscabo del clasicismo renacentista
como fuente de inspiración del paso, el resultado estético del mismo nos
conduce a las andas procesionales encargadas por la Hermandad, aún en la Cabeza
del Carmen Calzado, en enero de 1664 y entregadas el Miércoles Santo 1 de abril
de 1665. Las andas, constaban de respiradero y peana que se adelantaba a las
llamadas de carrete, obra del platero granadino Andrés Ortiz. Todo ello nos
lleva a la recuperación de una estampa antigua para la Imagen, la filiación con
los modelos procesionales clásicos granadinos y el pago de una deuda histórica
para con los anales de esta Cofradía.
·
Hitos en el diseño del Paso Procesional de
Nuestra Señora de la Soledad.
Lo que
el nuevo Paso Procesional aporta a Granada y al Mundo Cofrade.
1.
*Único paso en Granada del Renacimiento
Clásico.
2.
*Primera vez que todo el conjunto de San
Jerónimo sirve de referencia a un Paso.
3.
*Perfecto resumen de los 468 años de historia
de la Hermandad.
4.
*Empleo de piezas exclusivas y propias como
el “farol del Gran Capitán”, el pináculo manierista o el “Cojín Regio de la
Soledad”.
5.
*Recuperación de la estampa procesional
granadina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario