De la mano del bordador alicantino Francisco Paredes, autor del bordado,recibo el encargo de la realización de este diseño bajo ciertas premisas. Que fuese una pieza en estilo neobarroco para ser bordada en oro ,sobre soporte claro y donde predominase la combinación de la ornamentación vegetal con flores y lazadas que aportasen un toque de color al conjunto , y que albergase un espacio central donde reproducir en bordado el Santo Cáliz de Valencia.
Con una ornamentación vegetal que se enlaza entre elementos arquitectónicos, cráteras, filacterias, cuernos de la abundancia y una cartela central, se desarrolla un discurso iconográfico que versa principalmente sobre el carácter sacramental y eucarístico de esta Hermandad de la Santa Cena y del estilo artístico con el que se identifica la cofradía.
En dos zonas bien diferenciadas se divide la saya, de un lado una cenefa perimetral circundada por galones de muestra armada y de rica ornamentación vegetal simétrica, y dividida por flores, que también se repite en las mangas a menos proporción.
En el espacio principal y de ornamentación ascendente y enredada por filacterias, queda centrada por una gran cartela con el Santo Cáliz de Valencia bordado en sedas.
De esta cartela emerge de forma simétrica y ascendente toda una trama vegetal que recuerda a la decoración más clásica del bordado cofrade, y que llega hasta la misma cintura de la dolorosa. Esta trama vértebra de forma simétrica el espacio más importante y amplio de la saya, principalmente con rotundos y elegantes cuernos de la abundancia, de los que brotan espigas y racimos de uvas, estos, símbolos eucarísticos por excelencia.
La cinturilla queda presidida por un ángel acogido entre roleos, galones y formas vegetales desde las que penden lazos con la leyenda "Victoria Nuestra".
Una sucesión de lazos, jarras con flores, frutas, roleos, elementos vegetales, y elementos propios del estilo barroco recorren toda la superficie con movimientos rotundos y que cubren todo su espacio, llamando la atención la cartela central y las carnosas hojas de acanto, dejando siempre en primer término las soluciones arquitectónicas que dan personalidad a la traza del diseño.
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