jueves, 6 de marzo de 2014
Diseño del guión corporativo de la Hermandad del Santo Vía-Crucis de Granada. Año 2012
Guión de la Hermandad del
Santo Vía Crucis de Granada
Justificación del Proyecto.
Ejecutado en diseño neogótico, se ha escogido este modelo estético a tenor de dos factores fundamentales en la historia propia de la Cofradía y de la religiosidad popular granadina. De un lado, radica en el que fuera primera Iglesia consagrada del catolicismo tras la reconquista de los ínclitos Reyes Católicos, emanando de la Sede de San Juan de los Reyes este estilo dominante de la fábrica de la misma. Pero al igual, el más antiguo de los estilos al que puede Granada apelar tras la dominación musulmana, es el gótico.
Como quiera que es la del Vía Crucis la más antigua institución cofrade de la regenerada Semana Santa y conocida como “decana” de las Hermandades federadas, el estilo que habría de distinguir y otorgar personalidad a una pieza distinguida y reconocible como el Guión Corporativo, habría de incidir, en su lenguaje plástico, en estos dos factores: el dilatado pasado cristiano de Granada, que encarnan a la perfección como valedoras y custodias de la tradición las Hermandades y precisamente por la Casa Canónica que acoge a la Cofradía, que se desenvuelve en su interior en el gótico.
Descripción de la obra:
Conjunto.
Diseño neogótico inscrito en los procesos decorativos del romanticismo en las artes decorativas españolas de finales del siglo XIX, éstas tuvieron una supervivencia extraordinaria hasta bien entrado el siglo XX, cuando de nuevo aterriza el prototipo del historicismo y en concreto el neobarroco. Así pues, se hace alusiones con este diseño a la arquitectura eclesial de San Juan de los Reyes, los valores espirituales que se le han venido concediendo al gótico y a la postre, la carga simbólica e iconológica que los elementos vegetales incluidos tiene.
El conjunto se articula en dos zonas bien diferenciadas, la parte central del paño que recoge y sirve para mostrar el escudo y asunto heráldico representativo de la Hermandad y la falda de la pieza, sin olvidar una cenefa que sirve de transición al dibujo.
Cenefa. <<Cardos>>.
Un festón o ribete divide espacios y aporta diversidad de planos al conjunto, sirviendo de interrelación entre los dos espacios propuestos, a saber las zonas habitualmente diferenciadas (paño y enagua) de los estandartes corporativos, pero en este caso sin que la cenefa se quede sin una carga iconológica propia de modo que no sólo sirva de nexo de unión, sino que dentro del espíritu de alusión artística del guión, encarne los valores seculares que se han venido a ligar a ciertos elementos plásticos. En este caso, la cenefa queda expresada por el empleo del cardo, del que describimos sus insinuaciones estéticas con más detalle en el siguiente capítulo.
Paño heráldico. <<Bardanas, Cipselas y Cardinas>>.
El espacio queda delimitado por una faja de muestra armada que contiene el eje central del trabajo, dominado en punta por las armas o heráldica de la Hermandad y sobre la que viaja un follaje a base de bardana y cipselas, de manera que las formas asimétricas de todo este espacio, redunden en la idea de estilo neogótico bajo el influjo de la Iglesia Sede de la Cofradía, pero a la vez, hace mención al estilo en el que se reconstruye cuando esta acoge a la Comunidad Redentorista que procederá a ejecutar una puesta en valor estética del Templo basado en los criterios románticos de los que se impregna esta parte del diseño. La propia cenefa que abriga y cobija todo el trasunto heráldico y el desarrollo de la decoración vegetal, simula uno de los arcos apuntados que son elementos de sostén de la nave central de San Juan de los Reyes, vinculando así la historia religiosa de la ciudad a través de este elemento arquitectónico con el de la propia Hermandad.
Al fin, las cipselas que en número de cuatro se han incluido, hacen mención a los cuatro posibles Dolores de María que hasta el instante iconográfico con el que procesiona la Hermandad de manera evangelizadora, podía según la tradición, haber padecido la Santísima Virgen, a saber: “La profecía del anciano Simeón”, “La huida en Egipto”, “El Niño Jesús perdido”, y “María encuentra a Jesús cargado con la Cruz”, en tanto el quinto dolor se relaciona con la Crucifixión. Significativa será la cipsela incluida bajo el trasunto heráldico, redundando en ese cuarto dolor.
Faldellín o Enagua: <<La Carlina y el Cardo Mariano>>.
En la falda o enaguas del Guión, se repite la cenefa de cardina espinosa, dando paso a un proyecto asimétrico de decoración vegetal basada en la hojarasca y la hoja de cardo. Pero además se incluye el tallo de carlina, con el propósito de hacer una alusión histórica a las propiedades de la misma y aportando una novedad fundamental en estos proyectos: el tallo de carlina ha sido usado a fin de incluir un guiño arquitectónico al trabajo vegetal, puesto que en el espacio central, los tallos terminan trazando un círculo rotundo en el que se circunscriben cuatro hojas de cardo; aporta la idea de un rosetón gótico a la manera de los propios del estilo que dominan la arquitectura internacional y por ende la que bajo esta estética se erigió en Granada, y que tiene en San Juan de los Reyes un preclaro ejemplo.
Influencias artísticas:
La Iglesia de San Juan de los Reyes aprovechó mucho de la fábrica de la Mezquita al-Ta´ibin o de los Convertidos, hasta que en 1520 bajo la dirección de Rodrigo Hernández comenzaran las obras que han terminado por darle la fisonomía actual. Así pues, el empleo del cordón liso que actúa como divisor de espacios, se basa directamente en la sencillez gótica de la portada, en especial en el arco apuntado liso. Igualmente, la nervadura de las pilastras y medias columnas de los lados de la nave han querido representarse y muy especialmente al ser elementos de sostén del edificio, como alusión a todo lo que la recuperación de San Juan de los Reyes debe a esta Hermandad y por ello, hay mucho de analogismo entre los elementos de apoyo y sostén del edificio y la Hermandad, sostén y apoyo del Templo, para incluirlas en el diseño.
Elementos iconológicos.
· Bardana: Conocida también como lampazo menor, es igualmente de la familia del cardo. Se caracteriza por la amplitud y dimensión de sus hojas; propio de su especie, la planta es espinosa aunque ésta es la más débil de las que florecen en la familia, siendo objeto del indiscriminado ataque de insectos. Alegóricamente encarna el peligro de la fe y los retos que la espiritualidad católica ha de vencer a diario, o lo que es lo mismo, una clara alusión a la Primera Carta de San Pedro (I, Pedro 5, 8:10) donde el Apóstol apelaba a la vigilancia constante de las primeras comunidades de Cristo.
· Cardo: Desde la perspectiva botánica, el cardo se caracteriza por su resistencia a la rotura. Aquí, queda interpretada como alusivo al pasaje del Evangelio de San Lucas 23, 27-31: “Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?” que narra el encuentro de Jesús con las Hijas de Jerusalén en la Calle de la Amargura, de modo que sirve como mención y reticencia además, de la propia advocación del Titular de la Hermandad, Jesús de la Amargura.
· Cardina: Se distingue por la inmensa cantidad de espinas en sus tallos y ha formado parte de mitos legendarios de diversas culturas, caso de la “leyenda de la creación del mundo en la mitología vasca”, otorgada para proteger a los mortales de los genios nocturnos. Se colocaban en las puertas de los caseríos o encima de ellas para proteger la casa: si algún espíritu maligno pretendía entrar en la casa y encontraba una flor del sol, tenía que pararse para contar las numerosísimas brácteas, de modo que el día le sorprendía sin haber terminado su tarea. Del Evangelio de San Lucas, tomamos este símbolo iconológico. Lc 6, 43-44: “Porque no hay árbol bueno que dé fruto malo y, a la inversa, no hay árbol malo que dé fruto bueno. Cada árbol se conoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos, ni de la zarza se vendimian uvas”. Y habida cuenta de los “Comentarios de San Agustín” al Evangelio, este pasaje arrancaría como enseñanza de Cristo: “Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra”.
· Cardo Mariano: epíteto que viene de María. Hace referencia a la Virgen María, ya que hay una leyenda medieval sobre esta planta que dice que ella utilizó las grandes hojas de un cardo para ocultar Jesús de los soldados de Herodes. Al momento de escapar, de su pecho cayeron algunas gotas de leche, que han perdurado para siempre en esta especie para recordar aquel señalado día. Este cardo quedó bendecido y lleno de virtudes. Es por ello que en la medicina medieval se recomendaban esta planta a las puérperas y nodrizas, a fin de aumentar la secreción de leche. Por eso su nombre en muchos idiomas se refiere a la leche y a María.
· Carlina: Usada desde antiguo para remedios virales, una extendida leyenda europea refleja que los ángeles le enseñaron al mítico Rey franco Carlomagno que si la empleaba, se convertía en un eficaz remedio contra la peste. Está perfectamente documentado que las tropas de Carlomagno bebían infusiones de carlina para prevenir los contagios epidémicos de la época, algo que después usaron los Viejos Tercios españoles, en concreto los italianos, al servicio del Emperador Carlos, I de España, y de tal modo se supo su eficacia, que fue bautizada como carlina por el botánico sueco Carlos Linneo (1707-1778).
· Cipsela: Desde tiempo inmemorial, en Castilla fue conocida como Azota-Cristo o Espina de Cristo. Fue identificada por Charles-François Brisseau de Mirbel y el valor de su difusión fue inmensa, no en balde, recoge sus trabajos en 1815, en medio del nacimiento del romanticismo europeo y de la corriente historicista que en el arte se va a vivir, basada en recuperar y reproducir los estilos históricos, caso del gótico, de ahí que pase a las artes bajo el nombre de neogótico tal y como en esta pieza lo traemos, en primer lugar por cuestiones histórico-artísticas y a la postre, por la carga simbólica otorgada desde el Medievo a esta planta dada su particular forma con las puntas de un flagelo, en referencia a los padecimientos de Cristo.
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