Con esta vestimenta se presentaba a su pueblo de Málaga la reina del Carmen, estrenando mantilla, cuello y puños para la ocasión, que le daban una elegante impronta en este gran día.
Con estos aires de realeza se pasearía la reina del mar y su divino hijo, un dia que siempre recordaré con gran nerviosismo y emoción.
Gracias a la hermandad del Carmen por permitirme vivir aquellos momentos junto a nuestra madre.
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